UN DESCUBRIMIENTO INGLÉS:
En 1564, los
ingleses descubrieron en Escocia un mineral desconocido: el grafito. Se dieron
cuenta de que esa materia negra que se puede borrar al frotarla era más
práctica que la tinta, que es indeleble.
¿Por qué no
convertirla en un instrumento de escritura? Era perfectamente factible,
teniendo en cuenta, además que el grafito se transforma con facilidad en placas
que posteriormente se pueden cortar en forma de palitos. Así nacieron los
primeros lápices...pero ensucia bastante...
El único
inconveniente de esta historia es que el grafito ensucia los dedos. ¿Cómo
remediarlo?. Durante un siglo, nadie encontró una solución. Más tarde, en
1660, un carpintero inglés tuvo la idea de vaciar un palito de madera para
colocarle una mina dentro.
UN LÁPIZ
100% FRANCÉS :
Durante
años, los ingleses vendieron sus lápices a todo Europa. Pero, en 1789, estalló
la Revolución Francesa. Había guerra. El comercio se interrumpió y había
escasez de lápices. Los revolucionarios pidieron al químico Nicolás-Jacques
Conté que encontrara un sustituto al grafito. Al cabo de un año, ¡dio con él!
Fabricó sus lápices con una mina mezcla de grafito y de arcilla, cocida a más
de 1000 grados. Actualmente esta receta no ha cambiado mucho, y Conté se ha
convertido en una gran marca de lápices.
Este invento
lo he sacado de la lectura de este libro:
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