TODO VALE PARA LIMPIARSE EL TRASERO:
Hojas,
musgo, paja , pieles de fruta.... Desde siempre, los seres humanos han utilizado
lo que han tenido a mano.
Los romanos
usaban lana perfumada con agua de rosas o una esponja pegada a un palo. En el
siglo XIV, los chinos hacían algo mejor: fabricaban hojas de papel aromatizado.
Los
marineros españoles y portugueses del siglo XV no tuvieron tanta suerte: tenían
que conformarse con limpiarse el trasero con el extremo de las cuerdas de los
barcos.
¡QUÉ LOCURA!
Nada era
demasiado para los delicados traseros de los aristócratas franceses.Mientras
que los campesinos debían conformarse con utilizar paja o heno, las reinas y
los reyes se limpiaban con.....¡tela de encaje!
PAPEL MUY
SUAVE:
En 1857, el
estadounidense Joseph Gayetty encontró finalmente una solución: el papel
terapéutico.
Este
producto fue revolucionario porque no irritaba la piel del trasero. ¿Por qué ?
Pues simplemente porque estaba impregnado de un producto calmante a base de
aloe (una planta utilizada para curar heridas).
Desde esa
época la composición del papel higiénico no ha cambiado tanto.
¡BUENA PREGUNTA!
¿Los
astronautas utilizan papel higiénico? No. En el espacio, todo flota.... así que
necesitan un retrete especial. Los astronautas hacen pipí dentro de un embudo
unido a un tubo que aspira el líquido. Y para las aguas mayores, utilizan el
mismo principio: un tubo aspirador que lo recoge todo.
Este invento
lo he sacado de la lectura de este libro.
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