lunes, 30 de noviembre de 2020

EL MITO DE NÉMESIS

Esta diosa no tiene un origen claro. Numerosas fuentes la presentan como hija de Érebo y Nix, los dioses de la oscuridad y la noche, aunque otros la describen como hija de Océano o Zeus. Pero todos coinciden en que Némesis forma parte de la generación de deidades primordiales, que en la mitología griega se refiere a los dioses que existen desde los inicios del mundo, y que habitualmente se identifican con elementos o principios naturales.

Esto es así porque sus padres Érebo y Nix, nacieron a su vez de Caos, una de las cuatro entidades primordiales junto a Gea, Tártaro y Eros, y que para los griegos simbolizaba "todo aquello que existe antes que los dioses y las fuerzas elementales", es decir, el estado primitivo del cosmos.

El origen del nombre Némesis proviene del verbo griego "némein", que significa "distribuir", una clara referencia a sus virtudes como diosa. Porque dentro de la mitología griega, Némesis era la diosa de la venganza, el equilibrio y la justicia retributiva.

Esta consistía en aplicarle al infractor el mismo castigo. En otras palabras: si una persona mataba a otra, la sentencia era la misma para el culpable, en este caso, la muerte, una especia de ojo por ojo. Aunque hoy en día nuestro sistema penal es totalmente diferente y busca compensar el daño causado, en el mundo antiguo la justicia distributiva fue un concepto muy importante.

Némesis también era la encargada de castigar los excesos y la falta de moderación de los humanos, el orgullo y la soberbia. Y para ponerle freno al descontrol, debía aplicar duros castigos a los mortales que habían sido favorecidos por la diosa Fortuna.

Sin embargo, con su intervención lograba mantener el equilibrio del universo, otro concepto clave de la interpretación griega del cosmos.

 
Ya que es uno de los símbolos de la justicia, suele ser representada con la rama de un manzano, con una balanza o con una espada en la mano izquierda. También suele llevar una corona, y a veces un velo con el que cubre su cabeza.

Aunque Némesis no tiene un papel protagonista en las fábulas griegas, sí aparece de forma secundaria en numerosas historias, siempre como un personaje encargado de mantener el equilibrio de las acciones de los demás.

Unos de los múltiples relatos cuenta que Zeus se quedó prendado de su belleza, aunque ella no le correspondía.

Para escapar de él cambió de forma en innumerables ocasiones, hasta que un día se convirtió en oca. Sin embargo, Zeus se transformó en cisne y la persiguió sin descanso hasta que pudo apoderarse de ella.

De esta unión Némesis puso dos huevos, de los que nacieron los gemelos Cástor y Pólux y la bella Helena. Se cree que el papel decisivo de esta última, que desencadenó la Guerra de Troya, fue dado por la propia Némesis, como una especie de venganza por los abusos de Zeus.

En la mitología griega existe también la figura de Temis, la titánide de la justicia divina. Aunque al contrario de Némesis, esta era más serena, y se encargaba de establecer orden y guiar a los hombres hacia el buen camino. Por eso, los que ignoraban los consejos de Temis, acababan encontrándose a Némesis que se les aparecería para aplicarles un rabioso castigo.

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