Está muy discutida la conveniencia sobre la utilización del chupete en los bebés. No obstante, la mayoría de los padres siguen optando por emplearlo con sus niños.
La razón de estar científicamente comprobado que los bebés desarrollan el reflejo de succión desde dentro del vientre de la madre y siendo este un acto que luego le permitirá alimentarse en los primeros años de vida, hace que muchos estimen útil su empleo, ya que de otra forma es común ver a las criaturas succionando su dedo pulgar. Por lo tanto en su primer año (estimativamente) suele ser una solución para calmar la ansiedad y otras molestias que pueden afectar al bebé, como también angustias que suelen relativizarse por la sensación que produce en el niño el simulado efecto de reemplazar el pecho materno. Pese a todo lo dicho, los especialistas aconsejan que no se extienda su uso durante mucho más tiempo que el que aquí se menciona, habida cuenta de complicaciones que puede acarrear su utilización en exceso a la futura formación dentaria, la aparición de llagas en las mucosas de la boca y el paladar, la mordida invertida, etcétera.También existe el riesgo de contaminación con bacterias patógenas que les pueden provocar enfermedades a los bebés, entre ellas la Salmonella y los Estafilococos.
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