Había una vez un rey malvado. Cada año, durante la fiesta del Sol, la tradición era liberar un prisionero, pero el rey no deseaba hacerlo e ideó un plan para burlar a sus súbditos.
El rey le dijo al prisionero:
- Pondré una bolita de plata debajo de otra jarra. Si adivinas dónde está la bola de oro, serás libre. Si no, seguirás siendo prisionero en la cárcel.
En realidad el cruel monarca puso una bola de plata debajo de ambas jarras, y ninguna bola de oro.
El prisionero se dio cuenta, pero no podía llamar mentiroso al monarca. ¿Cómo logró salvarse pese a tener que elegir una sola jarra.
- Ésta es la jarra con la bola de plata.
Fue más listo que el rey, ya que dijo dónde estaba la bola de plata, así que si el rey hubiera dicho la verdad en la otra estaba la de oro, y si el monarca levanta la otra jarra delante del prisionero quedaría como un mentiroso y además lo iba a tener que dejar en libertad igualmente.
Esta es una historia inca muy popular en Perú.
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