Este libro comencé a escribirlo al pricipio de la cuarentena y lo he terminado hoy. Me gustó mucho escribir este libro y ayuda mucho a tener creatividad e imaginación.
LAS SIRENAS DE LAS PROFUNDIDADES
Un día normal me fui a la tienda para comprar el periódico nuevo, como de costumbre.
Fui a casa, me preparé un chocolate caliente, porque a mí me encanta el chocolate caliente.
Bueno, a lo que iba, me puse a leer el periódico y tras pasar las primeras noticias y anuncios, encendí la televisión, pasé la página del periódico y vi justamente la noticia que anunciaban en la televisión.
Era una misteriosa aparición de una sirena de las profundidades del mar de Arafura en Australia. Yo me quede totalmente asombrado.
1- EL VIAJE
Decidí ponerme a buscar viajes por curiosidad por si me apetecía hacer alguno, pero vi un viaje que me interesó.
Era un viaje al norte de Australia, con visitas guiadas y decidí comprar las tarjetas para poder volar hasta Australia.
Un largo rato estuve pensando y vi que el mar de Arafura se encuentra en el norte de Australia.
Me puse a investigar lugares, monumentos, animales y restaurantes para ver en Australia y pues encontré lugares preciosos para ver. También encontré monumentos y animales muy bonitos.
Pero a lo que yo iba a Australia era a investigar sobre las sirenas que se habían encontrado en el fondo del mar. Así que también busqué para alquilar submarinos en el mar de Arafura. Tras un largo rato mirando submarinos vi un submarino barato para poder subir a él.
El submarino se movía por sí solo y tú solamente tenías que decir a los lugares que querías ir. También me di cuenta que en el centro del submarino había un sensor de movimiento y unos cristales para poder ver el fondo del mar, las maravillosas plantas marinas que se encuentran y, por supuesto, las increíbles y múltiples criaturas marinas que se encuentran en este mar.
2- AL AVIÓN
Recorrí muchos kilómetros hasta llegar al aeropuerto más cercano a donde yo estaba.
Llegué por fin y finalmente el coche se paró en la puerta del aeropuerto.
Había muchas cosas para comprar en las tiendas que se encuentran. Vi que en mi maleta faltaba una cosa. Era un mapa de la ciudad a la que iba a ir, pero no había ninguna tienda en la que hubiera mapas para comprar.
Bueno, lo importante era el vuelo que salía a la 19:00 y todavía quedaban unas horas para despegar, así que me puse a investigar un poco el aeropuerto.
En el aeropuerto había tanta gente que se caminaba con dificultad, pero entre toda la multitud de gente encontré una revista muy famosa en el suelo. En la revista solo se hablaba de famosos, pero después, tras pasar muchas hojas, vi de nuevo la noticia de las sirenas.
Ponía que nadie se atrevía a investigar sobre ellas ni a ir al destino donde se encontraron. Pero yo sí iba a ser capaz para ir a ver a las sirenas y a investigar sobre ellas.
Pasaron las horas y por fin llegó la hora del vuelo. Me fui corriendo al avión y me senté en el lugar de la ventana. Me abroché el cinturón como dijo una voz en varios idiomas, y después de unos minutos el avión despegó.
Fue un largo rato de vuelo en el que me entretuve leyendo un libro que había cogido, viendo los paisajes a través de la ventana y también mirando la película que había puesta en una pequeña pantalla delante mía.
Al poco tiempo me quede dormido, hasta que sonó una voz en muchos idiomas. En unos minutos iba a aterrizar el avión. Me puse firme, y el avión aterrizó en el norte de Australia, tras un vuelo de nueve horas.
Salí del avión en orden con los demás pasajeros y me dirigí al hotel que tenía pagado.
El hotel era muy grande, muy lujoso y tenía unas habitaciones muy amplias.
3- EL SUBMARINO.
Tras llegar al hotel fui a buscar la costa del mar para buscar el submarino.
Después de un largo rato buscando seguimos sin encontrarlo, hasta que le preguntamos a un señor y lo teníamos delante. Habíamos estado un buen rato buscando, pese a haberlo tenido delante todo en tiempo.
El submarino era de grande casi como una casa, tenía muebles, camas, cocina, baños, incluso televisión que se veía mediante un satélite.
Nos pusimos a mirar bien las instalaciones del submarino, a probarlas, a ver si se encontraban en buen estado, y a ver las plantas que tenía el submarino. Tenía 5 plantas, cada planta representaba un continente.
Había muchas decoraciones y comida en las 7 neveras que había.
También el submarino tenía una caja donde tú, con un sobre, escribías lo que querías de comida y te salía lo que te apetecía.
4- RUMBO A LAS PROFUNDIDADES.
A fin salimos a las profundidades del mar a buscar a las sirenas.
Estuve viendo la televisión mientras el submarino bajaba y bajaba.
Os preguntaréis por qué estoy hablando en plural cuando voy yo solo. Pues no, no voy solo. Voy con un amigo que me encontré en el avión y le gustó el plan.
Después de mucho tiempo bajando, el submarino se estropeó y minutos después, el submarino no se movía.
Nos asustamos mucho ya que estábamos en mitad del fondo marino sin poder informar al exterior. En la quinta planta encontramos nuestros trajes de buzos para poder movernos por el mar, así que yo subí con mi traje de buzo hasta la costa mientras mi amigo se quedó vigilando el submarino.
Tras más de cuatro horas subiendo vi el agua clara y minutos más tarde llegué a la superficie del mar.
Nadé un tiempo en dirección a la costa y por suerte me encontré con el punto de salida más rápido de lo que pensaba.
Estuve un tiempo buscando al dueño del submarino y rápidamente lo encontré.
Le pregunté qué había que hacer en ocasiones como las que nos pasó, y con voz seria nos dijo: -Tenéis que llenar el motor de agua marina con cuidado de que no se meta ningún alga.
5- DE NUEVO AL SUBMARINO
Bajé otra vez hacia el submarino con un GPS que me dio el señor.
Con un colador llené el motor con agua marina y con cuidado de que no se metiera ningún alga.
Por fin pudimos bajar hasta el fondo del mar, encontramos millones de peces pequeños que se pegaban a las ventanas del submarino. También pudimos ver un tiburón y unos cuantos peces más. Cada vez bajaba más el submarino y ni rastro de ninguna sirena. Decidimos rendirnos ya que no nos encontraríamos con nada interesante.
6- VUELTA A LA COSTA
Decidimos subir a la costa otra vez, pero cuando estábamos subiendo nos encontramos con las sirenas. Tenían un aspecto horrible y parecía que estaban quemadas. Intentamos echarles unas fotos, pero una manada de sirenas vinieron hacia el submarino y lo giraron para desorientarnos, y empezaron a cantar para marearnos con su aguda voz. Por suerte cogí unos tapones para el agua y nos los pusimos. Conseguimos ponernos bien los tapones, pero las sirenas cantaban cada vez más fuerte. Pudimos dar la vuelta al submarino y escapar hacía la costa con nuestras dos fotos.
Cuando llegamos a tierra firme imprimimos las fotos en tamaños grande y las metí en la maleta.
7- DESPEDIRSE
Me despedí de mi gran amigo y cogí un avión hacia mi país otra vez. Cuando llegué a la capital cogí el metro y me fui a mi casa.
Cuando llegué me puse a pensar qué haría con esas fotos, y decidí publicarlas en todas las redes sociales y así me haría famoso, saldría en las portadas de las revistas con un título: "EL DESCUBRIDOR DE LAS SIRENAS”. Sería genial. Pasó una hora y solo recibió una visita la foto. Decidí irme a dormir ya que fue un largo viaje.
Pero al despertarme lo volví a mirar y tenía 100 millones de visitas.
Fue increíble.
FIN
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