jueves, 3 de diciembre de 2020

ANÉCDOTAS

Para aclararnos, sé que Ana lo ha hecho antes que yo, pero es que me pareció muy buena idea.

Que conste que a mí me dan pánico los perros, vamos, que veo uno y al minuto ya estoy en el quinto pino.

Así que os voy a contar por qué les tengo miedo.

Cuando yo tenía 5 años o así, mi primo y yo nos creíamos los reyes del pueblo y nos dábamos un paseo todas las mañanas.

Cuando terminábamos nuestro paseo teníamos que subir una calle (la principal) superlarga, para llegar a casa de mi abuela.

Cuando subías había un bar, y la dueña resulta que tenía un perro que era más grande que yo, y es que encima lo dejaba suelto delante del bar. Yo, ya en esa época, le tenía un poquito de cague.

Bueno, prosigamos. Un día estaba superfeliz gritando, saltando, corriendo, … porque había de comer mi comida favorita. Yo no me di cuenta, pero el perro estaba dormido, y se ve que le desperté, así que salió corriendo detrás mía.

En la carrera me faltaban como 2 metros para llegar a casa de mi abuela. Cabe aclarar que el escalón era muy alto, me tropecé y el perro me mordió la pierna.

Así era el perro.

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