¡ Increíble
¡ Las bragas modernas existen desde hace solo un centenar de años. Antes, las
mujeres se paseaban con el pompis ( casi ) al aire debajo de la falda.
CALZONES SOLO PARA CHICOS
Antiguamente,
las mujeres solo se ponían enaguas o camisas largas debajo de los vestidos. Las
bragas no existían. Bueno no exactamente…
En realidad,
había los calzones, pero se trataba de unas prendas masculinas de exterior y no
de una prenda interior femenina. Parecían una especie de pantalón corto. Solo
llevaban calzones los hombres de la nobleza, combinados con medias de seda y
zapatos con hebillas.
Esta es una enagua.
CALZONES BAJO LAS FALDAS DE LAS
CHICAS
En el siglo
XIX, el progreso de la ciencia hizo que se empezara a tener en cuenta la
higiene. Porque… ¿ acaso es razonable pasearse con el pompis al aire? Por eso,
las mujeres las mujeres adoptaron los calzones de los hombres. Se los ponían
debajo de la falda, además de todas sus enaguas. De lino o de lana, los
calzones femeninos bajaban hasta las pantorrillas o se estrechaba en las
rodillas con unas cintas. Para que fueran más bonitos, se le añadieron blondas,
volantes y muchos faralaes.
¿ LO SABÍAS
El calzón
femenino no estaba completamente cerrado. Tenía una pequeña abertura para poder
hacer pipí sin tener que bajárselo.
UNA IDEA FRANCESA
A principios
del siglo XX, las faldas se acortaron. Ni hablar de utilizar varias enaguas y
calzones debajo del vestido. Las mujeres prefieren un nuevo tipo de prenda
interior: la combinación de seda o de muselina. Una combinación es como una
camisa corta un poco ancha que cubre el trasero y la parte superior de los
muslos. Después, en 1918, el francés Étienne Valton tuvo la idea de cortar
las perneras de un calzón de algodón:
así nacieron las bragas. Al principio, solo estaban destinadas a las niñas,
pero a partir de los años 1950-60, la moda del pantalón para las niñas y la
invención de las minifaldas convencieron a las mujeres para adoptarlas
definitivamente.
LA GRAN FAMILIA DE LAS PRENDAS
INTERIORES
Este invento
lo he sacado de la lectura de este libro:
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