Su nombre proviene del griego "gryphos", que significa curvado o ganchudo, y a su vez deriva del persa "shirdal" que significa "león-águila". Y es que este ser tiene la parte frontal de un águila gigante, con plumas doradas, afilado pico y poderosas garras. Y mientras que su parte posterior es como un león, con pelaje amarillo, musculosas patas y larga cola. También se le suele representar con orejas puntiagudas o plumas en el extremo de su cola.
Se dice que es ocho veces más grande y más fuerte que un león común, y que con sus garras era capaz de capturar un jinete a caballo o un par de reses.
Precisamente sus uñas, del tamaño del cuerno de un buey, eran el trofeo más preciado, ya que se podrían utilizar para hacer copas, y cambiaban de color si se metía veneno dentro.
Aunque sus costillas también se aprovechaban para armar potentes arcos de tiro.
Poseía un sentido de la visión muy agudo, y para algunas culturas antiguas tenía además el poder de controlar los cuatro elementos naturales. Era arrojar fuego por un orificio cercano a su nariz, y expulsar aire helado por la boca. el viento producido el batir de sus alas podía llegar a generar maremotos, y con su potente rugido podía hacer temblar la tierra.
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