sábado, 5 de diciembre de 2020

LA HISTORIA DEL TERRIBLE MINOTAURO

Es increíblemente fuerte, tiene unos cuernos enormes, su cabeza es de toro pero su cuerpo es humano.

El Minotauro es una de las mayores bestias que han surgido de la mitología griega, tanto, que seguramente todos conocemos su figura, pero, ¿Sabéis cuál es su verdadera historia?

El Minotauro es hijo de Pasífae, la hija del dios Helios y la ninfa Creta. Ella junto a Minos, uno de los vástagos del mismísimo Zeus, reinaban sobre el territorio de Creta.

El rey Minos siempre presumía de contar con el favor de los dioses y para demostrarlo, les rezó pidiendo un obsequio, algo que nadie pudiera tener.

Poseidón, el dios del mar, escuchó sus rezos y de la espuma de las olas de la playa hizo surgir un majestuoso y esbelto toro blanco.

Minos se quedó fascinado con el animal, pero el dios le ordenó que lo sacrificara en su honor.

El monarca estaba encantado con el toro, tanto, que fue incapaz de matarlo y en su lugar sacrificó a uno diferente, esperando que Poseidón no se diese cuenta, pero sí lo hizo.

El dios, enfurecido por la falta de respeto, fue a por la ayuda de Afrodita, la diosa de la belleza.

Esta no dudo en aceptar y maldijo a Pasífae, aprovechando que no le había hecho caso los suficiente, y le creó un irrefrenable amor hacia el majestuoso toro de Creta.

La reina, incapaz de satisfacer sus deseos divinamente infringidos, acudió desesperada al inventor y arquitecto Dédalo.

Este, junto con su hijo Ícaro, fabricó una vaca de madera y la cubrió con piel de vaca real. La reina se colocó dentro y el inventor la llevó hasta donde pastaba el toro, y este pensó que se trataba de una vaca real.

La mujer de Minos se quedó embarazada y este no descubrió qué había hecho, hasta que dio a luz a un engendro minotauro, mitad humano, mitad ternero.

Al enterarse de la historia, el rey no dudó en esclavizar a Dédalo y a su hijo por su participación, pero fue incapaz de hacerle nada a su esposa.

Pasífae quiso cuidar al pequeño minotauro y pudo hacerlo cuando era pequeño, pero pronto creció convirtiéndose muy agresivo e incontrolable. Como su madre ya no podía cuidar de él, el monstruo empezó a buscarse su propia comida, y acabó encontrándose su alimento ideal en los humanos.

Minos se enteró, y avergonzado ordenó a Dédalo y a su hijo que construyeran un enorme laberinto para encerrar al temible minotauro en él.

Mientras se construía la complicada celda de su hijastro, el monarca descubrió que su único hijo humano y varón había sido asesinado (Androceo).

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