Siempre fui un desastre con los móviles, así que aquí voy a contar todos los que he tenido y cómo los he roto.
El primero que tuve fue con seis años. Era un Samsung de estos pequeños y viejos. Ese no lo rompí, es que era indestructible, en serio. Pero solo tenía para hacerme fotos y 3 pantallas de juegos.
Luego me dieron otro, también viejo, pero más nuevo y un poco más grande que el primero. Tampoco lo rompí, esos móviles viejos son irrompibles de verdad. También lo tenía solo para fotos y juegos, y ya está. Ese me lo dieron a los 9 aprox.
Luego me dieron un Huawei p8 lite, también para juegos y fotos jeje. Ese sí lo rompí. ¿Qué puedo decir? Estaba bajando las escaleras del metro de Torremolinos, en Málaga. Iba jugando a un juego, tropecé con un escalón. El móvil resbaló de mis manos y cayó al suelo de frente (vamos, que cayó con la pantalla). Yo iba confiada de que no estaba roto, pero tenía miedo, digo. Se me había caído otras veces y solo se había arañado un poco. Me llevé una sorpresa cuando lo levanté de las escaleras y vi la pantalla hecha trizas. Lloré mucho. Como estábamos en Málaga con mis abuelos y mi tía, al día siguiente fuimos al Parque de la Batería, uno que hay cerca de la estación del metro. Aunque estaba triste por la ruptura de mi móvil, yo lo seguía utilizando y al pasar el dedo me clavé un cristal en el meñique. Me acuerdo que me estuvo sangrando todo el día y un mes después consiguieron sacármelo. Ese me lo dieron a los 10 o así. Luego le puse una pantalla protectora para poder pasar el dedo por la pantalla sin clavarme cristales hasta que me diesen uno nuevo. Todos los móviles que me han dado han pasado por alguien de mi familia antes, nunca me han comprado un móvil.
A esa edad más o menos me dieron un Huawei p20 lite, de mi madre. Adivinad cómo se rompió. Bueno, pues yo había quedado con María y Marcos. Era principios del 2020, enero, para ser exactos. Yo llevaba mi cámara instax-mini 9, iba a hacerme fotos, en una calle cerca del Mercadona. En la calle no había nadie, en serio, nadie. María me estaba haciendo las fotos (que encima al final no salieron) y pues yo le di mis cosas a María. De repente un todoterreno gris pasó y María y yo nos echamos a un lado en la acera. Yo juraría haber escuchado un crujido, en serio, lo escuché. Total que después de unos minutos, íbamos a irnos, pero no encontraba mi móvil. Lo vi en la carretera brillar por la luz de una farola, pues era de noche. Me acerqué, pero cuando iba a cogerlo, vi montones de cristalitos brillantes en el suelo. La pantalla estaba destrozadísima y la parte trasera ni te cuento. La funda brillaba por los pequeños fragmentos de cristal. También lloré.
Me tuve que quedar con un móvil de mi hermana tras haberse roto ese Huawei p10 lite. Al principio todo bien, pero cuando llegó la cuarentena, empezaron a salirle extrañas "rayas" en la pantalla y se empezó a quedar pillado. No me iba. Otro móvil roto. Al menos este no fue mi culpa.
Obviamente me dieron otro para usar. También era un Huawei p10 lite, de mi padre. A ese a veces se le quedaba la pantalla pillada y se me rompió de las esquinas de la pantalla, pero no recuerdo cómo fue. Ese por lo menos iba bien. Y con este ya van 4 móviles rotos.
Mi padre me arregló tres teléfonos de los que yo había roto. Me dio un Huawei p10 lite (otra vez) mientras que me arreglaba el que tengo ahora. Ese móvil solo era para usarlo mientras que me lo arreglaba, para una semana. Pues en menos de una semana lo rompí. Me caí del patín por culpa de María y encima se rompe el móvil. Ni una semana eh, ni una semana.
Luego me dieron el que tengo ahora. El Huawei p20 lite que se me rompió a principios de año, pero con pantalla, marco y la parte trasera nueva. De este hay mucho que hablar... Todo iba bien hasta que a la semana de dármelo, se me cayó al suelo y se rajó por la mitad. Nada grave, pero es que era tan bonita la pantalla sin arañazos, rasguños, rajas,... El otro día se me cayó del taburete de mi cuarto (que me llega por las rodillas literalmente) y se rompió una esquina de la parte trasera del móvil. Luego intentando cambiarle la contraseña al móvil, se me quedó pillado (¡¿QUÉ LES PASA A MIS MÓVILES QUE SIEMPRE SE QUEDAN PILLADOS?!) y empecé a darle golpetazos con la palma de mi mano como la impaciente que soy. Cuando me di cuenta, se había actualizado una nueva contraseña, y no tenía ni idea de cuál podría ser. Al principio podía encenderlo ya que tenía la huella, pero para cambiar la contraseña la necesitaba, y no sabía cuál era. Como tengo tantas luces yo, apagué mi móvil. Ya ahí sí que no podía encender mi móvil. Tuvieron que formateármelo y se me borró todo, pero lo he instalado todo otra vez y ya puedo seguir utilizándolo. Y luego, el otro día se me volvió a caer del taburete y se volvió a romper la parte trasera.
Soy un desastre, lo sé. Mis padres están hartos de mí ya. Y pues bueno, eso ha sido todo.
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