domingo, 21 de febrero de 2021

UNA HISTORIA HECHA POR MÍ (I)

Bueno, esta tarde estaba muy aburrida, y pues me ha venido la inspiración de hacer una historia. Todavía no tiene título, ni está acabada, pero voy a subir la primera parte.

La familia Andrews era una familia, no muy destacada entre los demás.

Tenían dos hijas, Lili de 7 años, la menor, y Sara de 15 años, la mayor.

Ambas tenían una relación normal, como cualquier par de hermanas, había veces que se peleaban y otras se abrazaban, pero a pesar de todo se llevaban muy bien.

Había veces que cuando se peleaban Lili le decía a Sara: “¡GAFOTAAS, SABELOTODOOO!”, pero no era la única que lo hacía.

A los doce, Sara se compró sus primeras gafas y desde siempre era muy lista. A partir de ahí le empezaron a hacer bulling. Nunca se lo contó a nadie, excepto a su mejor amiga Elisabeth.

Desde siempre ella sufría de acné y también se metían con ella, por eso se hicieron amigas.

Al poco tiempo de conocerse se dieron cuenta de que no eran las únicas marginadas.

Había tres más:

LUKE: No se metían con él por su físico, sino porque era el “DON LIBROS”, un lector aficionado, se comía los libros.

MICHAEL: Por unos conocido como “la albóndiga” y por otros “la pelota”. Se metían con él porque comía mucho y estaba obeso.

CLIVE: Era el único chico negro del instituto, sufría comentarios como “eh chocolate”, “negro asqueroso”.

Todos formaban el grupo “chicos extraordinarios”, creado por Sara. En este se apoyaban y se recordaban que no estaban solos.

Bueno, hasta aquí la historia va bien, pero, ahora las cosas cambian.

Lili desapareció cuando su madre la mandó a tirar la basura. Desde ese momento no se le vio más.

Pasó un día y Sara y sus padres se volvieron locos buscándola.

Ella no pudo evitar contárselo a los extraordinarios, que la ayudaron con su búsqueda, pero nadie encontró nada.

La policía, los vecinos y todos, la buscaban sin cesar.

Ya que estaban todo el día fuera, Sara no usaba su teléfono, y observó que su teléfono tenía más de 50 llamadas perdidas del mismo número, uno desconocido.

Con la esperanza de que fuera su hermana llamó. Y un varón con voz muy grave, que Sara nunca había escuchado dijo:
“Vaya, vaya, mira quién coge el teléfono, si es Sara Andrews. Esperaba tu llamada, y antes de que digas nada, sé dónde está tu hermana. Es más, yo la he secuestrado”

Cortó la llamada.

Sara, en ese momento, cayó arrodillada con cara pálida, estaba helada.

Rápidamente llamaron a la policía, pero era como si ese número no existiera. Llamaron unas cuantas veces, pero después de unas cuantas veces decía que ese número era inexistente.
Esa misma noche
le llegó a Sara una llamada. Era el mismo hombre, pero con otro número distinto. Se escuchó:

“Hermana”, llorando “por favor, ayúdame. Estoy en…”. Alguien le tapó la boca, “bueno, como puedes comprobar tengo a tu hermana. Dentro de tres horas ven al parque de al lado de tu casa, y te daré instrucciones para encontrarla, ¡VEN SOLA. NO SE LO DIGAS A NADIE, ¿ESTÁ CLARO?” gritando.

“Ssssssí” con voz cortada.

“Está bien, nos vemos allí” con voz calmada.

Solo faltaba media hora y Sara se estaba vistiendo.

Llegó y solo había una caja con una nota.

En ella decía claramente que fuera al barrio más antiguo y tenebroso de su ciudad, al número 5 de la primera calle, que allí encontraría a su hermana. Aclaraba que podía ir acompañada de 4 personas, pero no podían ser ni familiares, ni policías, así que decidió llevar a los extraordinarios.

Continuará...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.