domingo, 29 de noviembre de 2020

EL MITO DE PERSÉFONE

Perséfone, también llamada Kore, era una diosa de la mitología griega. Era la deidad de la vegetación, traía la fertilidad a los campos. Pero al mismo tiempo era la reina del inframundo, y llevaba a cabo las maldiciones de los hombres sobre las almas de los muertos.

A través de su historia los griegos encontraron una explicación al fenómeno de las cuatro estaciones del año.

Perséfone nació de Zeus, padre de los dioses y Rey del Olimpo, y Deméter, la diosa madre de la agricultura. 

El origen de su nombre no está muy claro, quizá provenga de la forma "Persephatta" que significa "la que limpia el trigo". Pero también podría venir de la expresión "Pherein Phonon", que significa "la que trae la muerte".

Existen también varias versiones de su historia, pero la más completa es la que aparece en uno de los "Himnos Homéricos", del propia poeta Homero.

Concretamente en el himno a Deméter se cuenta que Perséfone solía vivir con su madre alejada del resto de dioses del Olimpo. A pesar de eso, destacaba por su belleza y tenía varios pretendientes. 

Entre estos estaban Hermes, el Dios del ingenio, Ares, el de la guerra, Apolo, el de las artes, y Hefesto dios del fuego y de la forja.

Sin embargo Deméter, su madre, los rechazó a todos y escondió a su hija de las demás deidades olímpicas.

Uno de los que más estaba encaprichado con Perséfone era Hades, el dios del inframundo, el reino de los muertos. Decidió pedirle permiso a su hermano Zeus, padre de Perséfone, para casarse con ella, y lo consiguió. Pero Deméter nunca permitiría que su hija bajase al inframundo, así que planeó secuestrarla y llevársela junto a él a sus dominios.

Un día Perséfone estaba recogiendo flores en un campo de Enna, en la isla de Sicilia. Aparte de algunas ninfas, le acompañaban Atenea, diosa de la sabiduría, y Artemisa, diosa de los animales. Cuando se inclinó a coger un narciso, hubo un estallido y una grieta se abrió en la tierra. De ella surgió Hades, que se la llevó al inframundo. 

A las ninfas, en castigo por no haber intervenido, las convirtieron en sirenas. Y la pobre Deméter quedó desolada, y lo abandonó todo para dedicarse a buscar a su hija incansablemente por los confines de la tierra, ayudada por las antorchas de Hécate, deidad de los caminos y tierras vírgenes.

Ya que Deméter era la diosa de la agricultura su tristeza, provocó que no hubiesen más cultivos.

Hécate le sugirió a Deméter que le preguntase a Helios, la personificación del sol, que lo ve todo, y este le reveló el paradero de Perséfone.

Zeus ordenó a Ares que liberase a Perséfone, y envió a Hermes, a rescatarla.

Cuando llegó al inframundo, Perséfone no quería marcharse ya que amaba a Hades, que nunca había abusado de ella, al contrario de los demás dioses, y además la trataba bien.

Hermes consiguió negociar con ambos, y finalmente los convenció. Las condiciones eran que la mitad del año Perséfone tendría que estar con Hades y la otra mitad con su madre.

Cuando Deméter y su hija estaban juntas, la tierra florecía de vegetación. Pero la otra mitad del año no florecía nada, y así fue como los griegos explicaron el fenómeno de las 4 estaciones del año.

Aparte de en este, Perséfone aparece en otros mitos como en el de Adonis, un joven tan hermoso que la mismísima Afrodita se había enamorado de él. Ella fue quien la llevó junto a Perséfone para que lo cuidase, pero no contaba con que Perséfone no quería dejarlo ir, ya que sentía amor fraternal por él.

Perséfone apareció en numerosas obras del arte clásico griego. Suele estar vestida con una túnica y llevando un manojo de heno en sus manos, también suele llevar un cetro o una pequeña cajita.

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