martes, 9 de febrero de 2021

ANÉCDOTA: FUGITIVAS EN MÁLAGA

 Esto también pasó cuando el mosquito, y cuando lo de la playa que me quemé. Pasaron muchas cosas en ese viaje...

Era un día normal, y justo ese día íbamos a ir a comer al Plaza Mayor de Torremolinos que claro, 6 años yendo al mismo, ya me lo sé de memoria. Bueno, fuimos por la mañana, todavía no era la hora de comer, y estábamos viendo tiendas. Había un parque para niños y María y yo nos quedamos jugando ahí como las niñas pequeñas que somos. Mis padres y mi tía nos dijeron que iban ir a tomar algo, que si queríamos, que nos quedásemos un rato más en el parque. Me dijeron que iban a ir al Pomodoro (un sitio donde venden comida italiana, muy buena de hecho) y como yo sí sabía dónde estaba eso, le di mi mochila con mi móvil y el de María dentro. Adiós móvil, adiós hora, adiós comunicación. Cuando nos cansamos de jugar en el parque, que recuerdo que María se había dado un porrazo y no de los pequeños, nos estábamos muriendo de sed, claro, literalmente no. Fuimos a una cafetería donde nos dieron dos vasos de agua, así de gratis y nos fuimos a ver tiendas, porque yo quería ir al Bershka. Del Bershka fuimos a la tienda de Apple, de la tienda de Apple a Zara, de Zara a H&M, de H&M a Prada, de Prada a Pull & Bear, de Pull & Bear a Stradivarious,... Luego nos cansamos y decidimos que era hora de volver. Claro, no sabíamos la hora. Yo, como me sabía el camino de memoria tomé un "atajo". Eso le dije a María. En realidad le dimos toda la vuelta a la Plaza Mayor porque yo quería subirme a una vaca de estas que están por el Plaza Mayor.

 

Pasó el rato y ya íbamos camino del Pomodoro. Dijimos de ir a una tienda más, pero lo decidimos dejar para luego. Cuando llegamos a donde se suponía que deberían de estar mis padres y mi tía, solamente vimos a mi tía buscando de un lado para otro algo o a alguien, y mis padres no estaban. Cuando llegamos de lo más tranquilas, mi tía nos hizo un interrogatorio tipo: ¿Dónde estábais? ¿Qué habéis hecho? y cosas así, daba miedo. Hasta que nos soltó que la policía nos estaba buscando. Al principio me asusté pensando en lo peor, si me había llevado algo por error de alguna de las tiendas a las que habíamos entrado o si lo había hecho María, pero cuando volvíamos no teníamos nada. Luego me lo tomé como una broma y me puse a mirar el móvil. Me acordé de que mis padres no estaban y vi a mi tía llamando a alguien. Iba a preguntar que dónde estaban mis padres, cuando veo a mi madre llegar con dos policías a cada uno de sus lados, y no con su mejor cara. Miré la hora y me di cuenta de que habían pasado dos horas. Mi madre le pidió perdón a los agentes y ellos se fueron. Tuvimos que soportar la regañina por irnos sin móvil durante dos horas. Lo que se me hace raro es que no nos hubiesen encontrado.

Desastre, lo sé. No me cansaré de repetirlo.

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